Últimamente he estado muy interesada en conocer y re-descubrir la gastronomía de mi tierra Asturias. Por diversas circunstancias hacía tiempo que no viajaba fuera y por eso me centré en lo más cercano. Pero siempre que puedo me gusta aprovechar para descubrir y saber mas de la cultura gastronómica tradicional de los lugares que visito.
“Conocer el propio territorio: escuchar, observar, degustar, reconocer gustos y olores. Y después conocer el territorio de otras regiones y de otros países siguiendo el mismo procedimiento sensorial e intelectual. Conservar el recuerdo de un viaje a través de un pan, de un queso, de un tipo de miel… Intercambiar ideas, productos y recetas […] eso es Slow Food.”

La oportunidad de poner esto en práctica me surgió en una escapada de fin de semana a Cataluña para encontrarme con algunas de mis compañeras de la asociación Blogirsldospuntocero. Nos reunimos en Vilada, una localidad de la comarca del Berguedá, provincia de Barcelona. Situada a una hora y media en coche de la ciudad condal y a una hora de Andorra. Yo nunca había estado en esta zona y el paisaje me pareció precioso. Por una lado el relieve montañoso prepirenaico y por otra las llanuras de la depresión central catalana.

Nos alojamos en un casa de colonias (albergue) Cal Candí, donde pudimos disfrutar de las vistas del paisaje y degustar en el restaurante algunos de los platos más típicos de la gastronomía de la zona.
"El paisaje, el aislamiento y la pobreza han dotado a la cocina berguedana de sus características diferenciales".
En el Restaurante Cal Candí la cocina es sencilla, casera y tradicional. Con un trato familiar y una gran amabilidad por parte de todo el personal. Están además muy bien informados con todo tipo de intolerancias alimentarias, en la carta se indica claramente los platos sin gluten.
El comedor es amplio, con estupendas vistas a la cordillera y muy acogedor. Techos altos de madera y una gran chimenea de leña en el centro como protagonista indiscutible de la estancia.


Esta enorme chimenea circular no solo proporciona calor, cosa que se agradece en la época que fuimos, sino que tiene otra finalidad mas practica aunque me resultó curiosa y llamativa: se usa para tostar el pan.
Los comensales en el desayuno, comida o cena se pueden acercar, poner el pan en unos largos pinchos y tostar las rebanadas al gusto de cada uno. Fuí toda una experiencia, curiosa y muy divertida. No te creas, hay que pillarle el truco. ¡No es como la tostadora y no avisa cuando está!

En los menús comida y cena en el restaurante teníamos varios platos a elegir como entrante, primero y segundo y postre. Todo tenía una pinta fantástica.
Yo quise probar los platos – para mí totalmente desconocidos- típicos del Berguedá.




“La característica más importante de la cocina de esta comarca es la conservación de cultivos de montaña desconocidos en otras zonas de Cataluña, como el guisante negro, o el maíz escuadrado (descascarillado)...”

GUISANTES NEGROS
Esta variedad de guisante se cultiva en zonas de montaña y en cantidades muy pequeñas. El grano, cuando está crudo, es de color verde grisáceo, pero cocido queda de un color entre marrón y negro -de aquí su nombre-. En el plato que probé los sirvieron cocidos acompañados de torreznos (chicharrones) y col (repollo) encurtido.
Estos guisantes negros poco o nada tienen que ver con los verdes que yo suelo consumir, es una variedad es muy diferente, con una textura suave y con un sabor profundo y aromático. Me hizo mucha ilusión descubrirlos y probarlos porque, además de su sabor totalmente nuevo para mi, me hizo comprender la gran importancia que tiene el preservar las leguminosas propias de cada territorio. No hay nada mejor que disfrutar en el paladar y en buena compañía de la maravillosa diversidad en la alimentación que tenemos en los distintos lugares.
ESCUDELLA DE BLAT DE MORO ESCAIRAT
Este fue otro de los platos típicos que probé. Creo que se traduciría como sopa de cocido con maíz descascarillado. La Escudella es el típico cocido catalán pero aquí para la sopa en lugar de pasta, se hace con maiz. Un maíz también muy particular y característico del Berguedá: el blat de moro escairat. Es una variedad de maiz antigua, de color pálido que se suele remojar y pelar antes de cocer. Me gustó mucho el sabor tan diferente y mucho mas la oportunidad de conocer y probar algo tan propio de un territorio. Hasta hace poco no me daba cuenta de la importancia y el valor que esto tiene.

“ [...] las variedades definidas como autóctonas o locales son el fruto de selecciones naturales y/o de comunidades humanas en áreas concretas [...] se caracterizan por una buena adaptación a las condiciones ambientales de la propia área y, con frecuencia, tienen menor necesidad de elementos externos–como agua, fertilizantes y pesticidas- al ser más rústicas y, por tanto, más resistentes a las tensiones ambientales que aquellas otras “estándar”. Por tanto, sus aspectos positivos se expresan al máximo en los contextos territoriales de origen, donde representan importantes recursos agrícolas y donde, con frecuencia, son esenciales para la soberanía alimentaria (como en el caso de áreas montañosas o desérticas). No es casualidad, que a menudo estas variedades están estrechamente ligadas a la cultura de las comunidades locales (usos, recetas, saberes, y dialectos).¨

Como colofón y para poner la brocha de oro en el postre probé la conocida crema catalana. Tengo que confesar que, aunque la crema estaba muy buena, no fue la que me conquistó el corazón.
Me sorprendió y gustó muchísimo más un queso de que nunca habían oído hablar: el queso Mató. Me enteré que es un queso fresco muy típico de la gastronomía de las Islas Baleares y Cataluña. Tradicionalmente elaborado con leche de oveja o cabra. Se suele comer como postre combinado con miel y nueces. En el restaurante Cal Candil esta elaboración clásica la sirven en forma de mouse. Tanto la textura como el sabor es increible. Sueño con volver a probar este delicioso postre, me enamoré del queso Mató, dulce y cremoso…creo que tengo que volver pronto y conseguir ese queso o mejor aún: la receta de mousse de mel i mató.


Lo mejor de esta experiencia, además de ampliar mi conocimiento gastronómico, fue sin duda el poder compartirlo en buena compañía. Mil gracias Susana por hacer de anfitriona y trasmitirnos la esencia de tu tierra. Kai, Inma, Eli, Kath y Celia, una gozada volver a veros y emocionarnos con tantas y tantas cosas que nos unen. Espero pronto podamos volver a reunirnos en torno a una mesa en algún lugar, aprender y disfrutar.
Ah! Creo que tengo que mejorar eso del selfie, es el primero que hago y se me ve algo la cara de asustada, pero… ¡qué bien lo pasamos!

12 comentarios
Aixs! Quiero degustar de nuevo todas esas delicias!!! Y verte a ti, por supuesto ?
Siii Kai. Lo mejor de la comida, la buenísima compañía y lo bien que lo pasamos. Estoy segura que pronto volveremos a vernos y a disfrutar, quien sabe, quizas de una fabada.
Precioso Ana!!! Un post muy interesante.
Me ha gustado tanto, tanto conocer los producto y las tradiciones gastronómicas de tu comarca que ni te imaginas. Gracias por descubrirme esos tesoros y por ser una anfitriona de 10.
He vuelto a saborear esos platos leyéndote, Ana! Me ha encantado! Un beso!
Ummm que fabulosos los recuerdos en las papilas gustativas ¿verdad? Lo pasé fenomenal y me encantó verte. No quiero que vuelva a pasar tanto tiempo sin achucharte eh! Asi que pensando ya en la próxima.
Me ha encantado recordar nuestro encuentro a través de tu post?
Siii, fue lo mejor de escribir el post. Somos como Canal Cocina: la comida nos une. Pero nosotras muuucho mejor porque nos une muchiiismas otras pasiones y emociones. Un beso.
Ainsssss, me ha encantado y una muy buena recomendación Ana, las fotos preciosas, son absolutamente acogedoras y la gastronomía catalana es exquisita y el
Postre preferido en casa también es el “ mato amb mel” ?
ohh Diona asi que en tu casa también hay de postre mato amb mel uuuuh pues razón de mas para volver a vernos bien pronto jejjeje. Muchas gracias por tus piropos. Un beso!!!
Me gusta mucho mucho de verdad cómo has explicado todo y cómo lo muestras en tus fotos más que rebonicas. Y me parece estupendo tu apoyo a la comida tradicional y costumbres de cada lugar. Disfrutemos de esa amplia cultura y… viva el mató!!! 😉
Rebonica si que eres tu un cacho jejeje. Pues si, lo autóctono y tradicional para mi hasta hace poco no tenia demasiado interés y valor y ya ves, siempre se puede cambiar y ver las cosas de otra manera. Además no se valora no que no se conoce y delicias como el Mató tienen que ser descubiertas. ¡viva el Mató!