Cocina acorde con los nuevos tiempos pero sin perder la tradición.
En el restaurante Abrelatas de Pola de Siero se puede disfrutar un menú del día delicioso. Cocinado con esmero y a buen precio.
Yo lo he comprobado y, por supuesto también lo he fotografiado. No podía dejar pasar la ocasión para seguir practicando la fotografía gastronómica y así poder documentar la experiencia culinaria en imágenes.
Una buena ocasión también para enaltecer del menú del día de calidad. Para, de una vez por todas, desterrar la idea de que comer el menú del día es siempre sinónimo de comer cualquier cosa y comer mal.
Pero ¿de dónde le viene la mala fama al menú del día? Hagamos un poco de historia.
¿Sabías que el menú del día en España nació con el boom turístico de los años 60?
El origen del menú del día.
En aquel entonces -para atraer un turismo masivo y barato- se aprobaron una serie de leyes para regular las actividades turísticas. Entre ellas, se determinaba que cualquier local que sirviera comidas, tenía que de ofrecer obligatoriamente un menú compuesto por varios platos a elegir – “con preferencia de los típicos de la cocina tradicional española”-, pan y bebida a un precio máximo fijado. La norma obligaba además a colocarlo en un lugar destacado, bien visible y debía servirse “con la máxima preferencia y rapidez”.
Así nació el denominado menú turístico.
Este menú nunca cuajó, su obligatoriedad no gustó ni a los restaurantes ni los comensales. Enseguida surgieron picarescas para no servirlo y disuadir a los clientes de pedirlo. Esto derivó en una pérdida de calidad, y el comienzo del declive.
Ni siquiera 10 años después, tras el cambio de nombre de turístico a menú del día, ni una intensa campaña publicitaria en un intento por mejorar su vilipendiada reputación, surtieron el efecto deseado.
“A mi me gusta comer bien (…), entonces pidamos el menú del día.”
“A buen entendedor, menú del día”
Eslóganes como estos aparecían en los periódicos españoles de 1970 en un intento por ensalzar tan menospreciado concepto.,En los años 80 se elimina el control de precios y se vuelve a cambiar el nombre por el de menú de la casa. También dejó de ser obligatorio en los restaurantes de mayor categoría.
El menú del día hoy.
Casi 60 años después – que se dice pronto- de aquel malogrado menú turístico, todavía hace falta de vez en cuando reivindicar esta opción de comer un menú del día bueno, rico y de calidad.
El estilo de vida ha cambiado mucho en todos estos años pero aún son muchas las personas que -principalmente por razones laborales- se ven obligadas a comer fuera de casa entre semana. (Se estima que 6 de cada 10).
El menú del día también ha cambiado -afortunadamente- y cada vez son más los restaurantes que lo ofrecen a su clientela cuidando los detalles, tanto los ingredientes como las elaboraciones.
En la actualidad (2019) la normativa de regulación en España es competencia de las comunidades autónomas y la mayoría ha eliminado la obligatoriedad del menú de la casa o del día. Pero Aragón, Navarra y Asturias, la mantienen para algunos establecimientos dependiendo de la categoría.
Menú del día en Restaurante AbrelaTas.
Un claro ejemplo de que se puede comer bien el menú del día entre semana
Ya desde sus inicios -en el año 2011- en el restaurante AbrelaTas apuestan por ofrecer un menú del día de calidad. Con motivo de su octavo aniversario aprovecharon la ocasión para seguir reivindicando la importancia de este concepto.
Borja Alcazar al frente del restaurante, organizó para la ocasión un evento invitando a bloggers y expertos en materia gastronómica, para que pudieran comprobarlo y saborearlo.
¡Qué buen motivo para recuperar y elogiar el menú del día de calidad!
Yo no pude asistir el día del evento, pero podéis leer la crónica de David en Les Fartures. Quise ir también a comprobarlo, así que yo fui otro día para aprovechar además para hacer fotos y luego escribir esta entrada en el blog.
Me contaba Borja que se esmeran cada día para que quienes elijan comer allí al mediodía, sea como comer en casa. Y, ¿quién mejor que una madre para ocuparse de ello? Porque quién está al cargo de los fogones en Abrelatas es Mari Cruz, la madre de Borja. Con ella me metí hasta la cocina para charlar y ver in-situ como lo planifica y elabora.
Con esa entrega y preocupación de quien se encarga de dar de comer cada día a los suyos, con esos valores de delicadeza y talento que las madres tan bien saben hacer, Mari Luz cuida cada producto, intentando respetar todas las recetas y tradiciones de la cocina asturiana. Los platos que cocina van desde potajes tradicionales a elaboraciones algo más creativas pero siempre basadas en guisos y técnicas de toda la vida.
De primer plato en el menú casi siempre hay para elegir una ensalada (en la foto con fruta y salsa de yogurt, fresca y original propuesta)
o un plato “de cuchara” que siempre triunfa como pude ser el pote, les fabes, lentejas o cocido de garbanzos.
Precisamente un cocido de garbanzos fue lo que yo probé. Me sorprendió gratamente descubrir un embutido de la zona: la moscancia que es como morcilla pero de vaca. Estaba exquisita.
De segundo plato se puede optar por carne o pescado, Mari Luz lo va variando según la disposición de los ingredientes que encuentra en el mercado -y de la disposición de la cocinera- me confesaba también. -“Pues eso, como en casa”. Le decía yo.
Albóndigas de vaca vieja en salsa de tomate casera y puré de patata.
Bacalao guisado con pisto de la huerta asturiana.
El producto de proximidad es una de las grandes bazas para que la comida en Abrelatas esté tan rica. Más de proximidad no se puede ser cuando la familia posee ganadería propia y una larga tradición en la matanza. De ahí proviene la carne y el embutido.
Además de los ingredientes y de la elaboración de los platos, también cuidan el resto de los detalles porque todo suma y todo es importante: el pan, de una panadería local de La Pola, el agua asturiana y el vino de la comunidad vecina, concretamente del Bierzo.
Los postres son todos caseros -por supuesto- no hay nada pre-elaborado. Podemos completar el menú del día por ejemplo con: tronco de chocolate y galletas, mouse de frutos rojos
Y si quieres terminar con algo más suave, yogurt; pero ni siquiera en este caso optan por los productos industrializados. Los yogures son de La Saregana, una pequeña ganadería vecina de Sariego. Seguimos con el producto de proximidad. Qué buena elección, apoyo mutuo y colaboración.
¡Cómo me alegró de ver allí formando parte de la carta del menú del día los yogures de Yaiza!
En definitiva, comer a mediodía entre semana en el restaurante AbrelaTas es una apuesta segura para disfrutar de un menú del día delicioso y de primera categoría. Sin duda.
Nuevos tiempos, nuevas opciones para comer. De la obligatoriedad al gusto.
Puede que en muchas grandes ciudades se siga con jornadas trabajo nada “conciliadoras”, puede que la falta tiempo entre semana obligue a muchos a comer fuera de casa. Pero para la mayoría de los restaurantes ya no es obligatorio ofrecer el menú del día, ni para muchos comensales como única opción por exigencias de la jornada laboral.
Se avecinan nuevos tiempos, nuevas formas de trabajar y de vivir, y por ejemplo en esta pequeña ciudad asturiana de Pola de Siero quedamos para comer un martes varias colegas fotógrafas free-lance, solo por gusto.
Ahora aparecen nuevos modelos de auto-trabajo y de gestión de la jornada. Quizás nos toque trabajar en domingo editando fotos pero de momento, elegimos disfrutar entre semana de este menú del día por placer. Gracias María por la compañía.
Gracias Borja por la invitación y Mari Luz por la charla y el intercambio de conocimientos.
NOTA:
el contenido y las opiniones de este post son totalmente personales y no corresponden a ningún interés comercial ni está patrocinado.